Vernos involucrados en un accidente automovilístico es una situación estresante y muy frustrante; principalmente cuando nosotros no hemos tenido la culpa de dicho accidente. Pero aun si no soy el culpable, ¿es importante contratar a un abogado?

La respuesta es sí. Después de un accidente quedarás con gastos como la reparación de tu auto, daño a propiedad, e incluso facturas médicas si resultaste lesionado. Un abogado experimentado en estos casos sabe perfectamente cómo calcular una compensación que resulte benéfica para la víctima. Tomará en cuenta todos y cada uno de los aspectos del accidente para que puedas obtener una compensación justa que te ayude durante tu recuperación.

Otra de las situaciones cruciales en este tipo de casos es la determinación de responsabilidad. Tu abogado te ayudará a determinar claramente quién fue la persona responsable del accidente y llevará a cabo las negociaciones con las compañías de seguros involucradas.

Recuerda que las aseguradoras son un negocio, y que siempre buscarán pagar la menor cantidad posible. Lidiar con ellas puede resultar intimidante, sobre todo cuando ignoramos muchos de los aspectos que se deben tomar en cuenta para llegar a un monto. Los abogados cuentan no solo con los conocimientos necesarios sobre las leyes, sino además con experiencia para manejar y negociar con compañías de seguros.

Tu abogado analizará no sólo las circunstancias en las que ocurrió el accidente en sí, sino además las consecuencias que este tendrá en tu vida. Consecuencias que pueden ir desde lesiones, gastos médicos, hasta tiempo fuera del trabajo en caso de que no te sea posible regresar inmediatamente; e incluso una discapacidad permanente. Los salarios perdidos presentes y futuros, tu dolor y sufrimiento, tu cambio de estilo de vida, e incluso daños punitivos, entre otros.

Mientras tú enfocas tu energía en recuperarte, tu abogado se hará cargo de reunir todas las evidencias posibles para desarrollar tu caso, llevar a cabo investigaciones, reunión de documentos, etc. Y será un peso menos que cargar mientras vuelves a ponerte de pie.